¡Como siempre
corriendo! Yo pienso que si el día tuviese 48 horas a mí me faltaría alguna más para hacer tareas.
Tarea, que palabra,
la utilizaba mi abuela, preciosa, ahora se usa más actividad, ocupación…da lo
mismo el caso es estar todo el tiempo liada.
Recojo a los
niños del cole después de sus clases extra escolares. Hoy he salido un poco tarde del trabajo y voy un poco justa para todo lo que me queda
por hacer, es decir
–corre que te
corre.
Detrás en el
coche, ladrando a todo lo que se mueve y feliz, Noa, nuestra perrita (por decir
algo por el tamaño un bobtail).
¡Ya estamos
todos! Con el griterío característico que ya está incorporado a mi vida, me
dirijo a la siguiente parada EL SUPERMERCADO. Voy a comprar cuatro cosas para terminar la semana hasta la
compra general del finde.
A todo correr
atamos a Noa y Laura sé queda con ella en
la puerta, los niños entran conmigo y así evito peleas, llenamos la cesta
siempre más de lo esperado y a la caja. Voy a pagar y……
-¿Dónde está
mi móvil?
No encuentro
el móvil. Pago, salgo, miro en el coche, desmonto el bolso, nada……
Vuelvo a
entrar, pregunto en la caja por si se ha caído, vuelvo dentro, frutería, charcutería nada…
Sentada en el
coche intento tranquilizarme y pensar
donde he podido dejar el teléfono.
Pero noto como me estoy calentando por momentos, me molesta la niña, los niños, el perro, el que aparca, que no aparca…
Pero noto como me estoy calentando por momentos, me molesta la niña, los niños, el perro, el que aparca, que no aparca…
Mi hijo Jaime
que me conoce muy bien, porque creo que es el que más se parece a mí, o porque
al ser el pequeño le encargan todos los “casos difíciles”, con voz de cuidado a
ver que pasa
-Mama, te
hemos comprado un móvil nuevo, no te preocupes.
Me regala un móvil de caramelo. Han comprado un móvil de
caramelo con su dinero.
Ahora sí que me da igual el teléfono, lo solucionare cuando llegue a casa. Muchísimas gracias.
Ahora sí que me da igual el teléfono, lo solucionare cuando llegue a casa. Muchísimas gracias.
Nada más
entrar tengo un mensaje en el contestador del fijo, me he olvidado el aparatito
en la oficina.
Mis hijos
bajan con el pijama ya puesto.
-Estas mejor ¿Qué
tal tu móvil nuevo? Puedo ver que tal funciona.
-Por supuesto,
cógelo.
-¿Mama donde
esta?
-Ahí, encima
de la mesa del salón.
-Nooo
-Nooo
-Nooo, se lo ha comido Noa.
-Que desastre eres mama, pierdes tu móvil y ahora Noa se va a
poner malita por comerse el que te hemos regalado.
Los perros no pueden comer teléfonos.
-Claro que no, pero era un teléfono de caramelo, por el cual
voy a llorar mucho porque era el más
bonito que he visto nunca y ahora no lo tengo y además….
Había una vez un perro llamado Noa, que le pasó lo mismo, se comió
un teléfono de caramelo.
Era un mundo de caramelo. Las casas eran de nubes, los
tejados de fresas, los arboles de manzana y menta dulce, los caminos de chocolate.
Cuando llovía, llovía gelatina y cuando hacia sol no se derretía nada sino que
se ponía durito el caramelo y mucho más rico.
En ese sitio tan fantástico vivían niños,
papas y perros. Evidentemente tenían ordenadores, tables y móviles.
Noa viva con una familia igual que la nuestra, también estaba
Laura, Oscar y Jaime que eran los niños.
Un día,igual que nos ha pasado a nosotros, dejaron el teléfono
encima de la mesa, pero esta vez de la cocina, y Noa que olía y se lo comía
todo se lo comió.
Allí todo eran
chuches, pero todo funcionaba perfectamente.
Nadie se dio cuenta hasta que el papa llamo para preguntar si querían algo para cenar y…
-Ring, ring, ring (el
perro empezó a vibrar)
Todos escuchaban el timbre pero no sabían de donde venía
porque no encontraban el teléfono.
-Ring, ring, ring
Y Noa se movía cada vez más.
-Mirar
Dijo Laura,
- El perro se mueve cuando suena.
-Ring, ring, ring, Hola soy papa, ¿queréis algo de cena?
Ahora hablaba, Noa era papa. Todos estaban muertos de la risa.
Oscar que era muy listo se acercó y por la oreja, con mucho cuidado,
contesto
-No papa, gracias, pero ven rápido, que tenemos un teléfono
nuevo muy divertido.
-¿Un teléfono nuevo? (dijo Noa con la voz de papa)
La perrita estaba muy graciosa hablado como las personas, y
no se asustaba, solo un poquito cuando sonaba, porque le hacía cosquillas.
Papa colgó y al rato llamo la abuela !ahora sí que era para morirse
de risa¡ ¡Noa también hablaba como la abuela!
Tenían que solucionar el problema, pero no podían quedarse
sin teléfono.
Laura pensó. Pinto un teclado con regaliz negro en la panza
de Noa y llamo a su padre.
_Papa, tienes que comprar un móvil nuevo se ha roto, no
funciona
-¿Y con que me estas llamando? Es nuestro número
- Es una historia muy larga, tu compra el móvil, no puedo
hablar mucho rato.
Papa hablo con mama, mama le contó la historia, papa pensó que
estaban todos locos y que lo que querían era un teléfono nuevo, pero lo hizo.
Cuando llego a casa, se quedó sentado en el suelo al entrar.
Noa estaba hablando igual que tía Nines, hasta movía las manos de la misma manera.
Ahora si se lo creía, o no se lo creía, no sabía que pensar.
Pero pensó, vaya si pensó, Noa no podía ser el móvil de la
casa, él había comprado un teléfono nuevo y ella era un perro no podía hablar
como las personas ¡era muy raro ¡
Como lo que se había comido era de caramelo, y como llevaba
mucho tiempo hablando y tenía la boca seca le dieron agua para beber, mucha agua,
más agua, toda el agua….
Noa era un perro grande y bebió y bebió hasta que el caramelo
se deshizo y el teléfono desapareció de su tripita.
Y ahora tiene mucho cuidado de no dejar nada que se pueda
comer el perro.
Y yo también voy a tener el mismo cuidado, os lo prometo….
-Mama, mama aquí está el móvil de caramelo, no lo habías
sacado del bolso.
Hay días que merecen la pena…. Yo creo que todos
FELICES SUEÑOS
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