Me Aburro



Se terminó, si vuelvo a escuchar esa frase, voy a perder los nervios.

Este es uno de esos momentos en los que pienso que no lo estoy haciendo bien, una de esa muchas veces que como madre me cuestiono a mí misma.

Elena, mi hija, esta resfriada, hoy no ha ido al colegio, lleva todo el día en casa sin salir.  
 ME ABURRO calculo que  lo ha dicho unas cincuenta veces.



No me lo explico, tiene una habitación que en las estanterías no caben ni las motas de polvo. Repleta de todo lo que necesita y lo que no necesita para nada, lo que ha pedido, lo que la hemos comprado, lo que han regalado y muchas cosas que llegan de rebote y porque sí.

Pienso que como la mayoría de los niños y niñas de estas últimas décadas que tienen mucho y no juegan con casi nada.

¡Yo no soy tan mayor! ¿Creo? He tenido juguetes, claro que he tenido juguetes, tantos no, desde luego. Pero también he jugado en la calle, y con cosas que yo misma ingeniosamente, mal pero ingeniosamente, construía a mi manera.


A lo mejor también he dicho alguna vez ME ABURRO, pero no tengo el recuerdo de haberme aburrido tanto.

A veces tengo ganas de meterlo todo en cajas y donarlo para aquellos niños que de verdad no tienen posibilidades de disfrutar de muchas  cosas, dejando a Elena simplemente con su imaginación a ver se es capaz de salir adelante.


Una vez que ya he divagado bastante y me estoy empezando a tranquilizar escucho…

-Mama, ME ABURRO

Me lo estoy pensando, ¿quiero acercarme a su habitación? o ¿no quiero acercarme?, sí,  me acerco hasta la habitación.

-Elena ¿porque te aburres? Dime que has jugado con todo lo que hay en este cuarto. Materialmente no tendrías tiempo ni en años con horario completo de juego.

-Hay muchos juguetes de niña pequeña.

- ¡Venga! ¿Es ese el problema? Con ocho años te has hecho mayor y ya no tienes casi nada con que jugar. Elena ¿tú has visto como está tu habitación?

Ponte cómoda…
                             HABÍA UNA VEZ

Dos países muy cercanos el uno del otro.

QUIEROMAS y MENOSQUIERO.

QUIEROMAS era un país que tenia de todo, casas preciosas balcones, parqués con columpios, bicicletas, piscinas, pistas para patinar, muchas tiendas de golosinas, de cuentos, de ropa y juguetes, todos los juguetes que puedas imaginarte, estaban en todas partes, en las calles, en las casas, en las tiendas, en los bancos de los parques, hasta  en las paradas de los autobuses.


Los juguetes andaban solos por las calles saludando a la gente y cada uno se iba a casa de quien quisiera llevárselo.

-¡Hola que tal! (decía el juguete), ¿quiere llevarme a su casa?, soy un juguete fantástico, se hacer de todo y soy muy divertido.

Y la gente si le gustaba se lo llevaba. Unos se llevaban uno, otros se llevaban otro.

Nada costaba  esfuerzo, todos tenían de todo, mucho más de lo que necesitaban. Pero siempre querían más y no sé porque no eran felices.

Eran personas muy tristes.

MENOSQUIERO al contrario, era un país que no tenía nada de eso. No tenía casas preciosas, ni tiendas de ropa, ni de cuentos, ni de golosinas y mucho menos de juguetes. 

En MENOSQUIERO no sabían lo que eran los juguetes. Bueno esos juguetes del país de QUIEROMAS.

Los habitantes de este país vivían en la naturaleza. Tenían árboles frutales que les daban unas frutas riquísimas,  playas y ríos para bañarse. Sus casas estaban hechas de palos que pintaban de colores, sus jardines eran el campo.


Y los juguetes… los juguetes pues  los animalitos del bosque, los peces del río, las mochilas  que se fabricaban con cuerdas, ruedas de palo que hacían girar con otro palo, muñecas y muñecos  con pelos de lanita de ovejas, rubias, morenas, rubios y morenos…




Eran personas felices.


Un día una familia del país de MENOSQUIERO estaba pescando en el mar y una ola gigante les arrastro mar adentro, naufragaron, estuvieron a la deriva  varios días y les rescataron en una playa  en el país de  QUIEROMAS.

Les ayudaron con ropa, comida, les ofrecieron una casa y todas las comodidades con las que ellos vivían.

La familia de MENOSQUIERO no salía de su asombro, cuantas cosas nuevas que ellos nunca habían visto.

Casas con paredes y techos, muebles, televisores, ordenadores (no sabían lo que era un ordenador, ni un teléfono móvil…) comida empaquetada y en las tiendas, juguetes ¡cuántos juguetes que no conocían y no sabían cómo se usaban!

Todo les parecía de cuento e irreal, de otro mundo, pero les gustaba.

Contaron como vivían ellos en su país y nadie podía creerles.

-¡No se puede vivir sin todas las cosas que nosotros tenemos! (decían).

En QUIEROMAS se quedaron un tiempo viviendo. Disfrutaron de los parques con columpios, se bañaron en las piscinas, comieron chuches (que tampoco las habían comido nunca), los niños aprendieron a jugar con los juguetes eléctricos y los juegos de tables, pero…

No eran felices.

Se vivía con mucha prisa, faltaba tiempo para todo,  las familias no se veían casi nunca, hablaban muy poco entre ellos y los niños estaban casi siempre enfadados, ABURRIDOS y eso que tenían millones de cosas para jugar.

Decidieron que querían volver a MENOSQUIERO, pero en QUIEROMAS habían sido muy amables y hospitalarios, y para compensarles invitaron a su país a una familia para que lo conociese.

A los pocos días ya estaban todos de viaje de vuelta a MENOSQUIERO.

Durante el trayecto les describían como era la forma de vida allí, muy diferente no había casas iguales de ladrillo, ni había…, ni había…, comparado con QUIEROMAS no había de nada.

Felices de volver a su casa, pero al llegar…

Nada les pareció igual a lo que habían dejado antes de naufragar.

Si, MENOSQUIERO era un país bonito, natural, tranquilo… pero le faltaban muchas cosas que ellos ahora conocían.

Por ejemplo, las casas de QUIEROMAS no se mojaban tenían paredes, tenían electricidad eran calentitas y entre una vivienda y otra había calles no se inundaban las casas cuando llovía como pasaba en MENOSQUIERO.

Por ejemplo, en MENOSQUIERO no había colegios, los niños debían de aprender los colores, canciones, letras para poder leer, deportes y muchas cosas más y no sabían  nada.

Una cosa detrás de otra, empezaron a ver defectos a ese país que  antes les había parecido el mejor del mundo.

Sin embargo a la familia de QUIEROMAS le gustó mucho.

La naturaleza, el silencio, los animales libres, la gente sin  correr, no existía el reloj, se vivía con la luz del sol.

Decían:

-No hay muebles, ni juguetes, ¡NO HAY QUE LIMPIAR! , ni supermercados ¡NO HAY QUE COMPRAR!, ni colegios ¡NO HAY QUE IR AL COLE!

El paraíso.

Esto duro también un tiempo, la familia de QUIEROMAS, echaba de menos muchas de las comodidades que tenían en su país.

Sobre todo cuando hacia frió y se mojaban, a la hora de comer que no había suficiente comida muchas veces para todos, en el momento de dormir que lo hacían en un sitio muy pequeño muchas personas y algo muy importante no tenían medicinas si alguno se ponía malito.

Las dos familias se sentaron en el bosque, una tarde tranquilamente, y se pusieron a  debatir entre las cosas malas y las cosas buenas que tenían QUIEROMAS y MENOSQUIERO.

Ni un país ni otro eran buenos para vivir. Ambos tenían muchas cosas positivas pero también tenían muchas cosas negativas.

Escribieron en un papel las cosas buenas de cada  uno de ellos e inventaron un país nuevo ASIQUIERO.




ASIQUIERO, sería un país con casas, colegios, medicinas, calles pero las justas, el resto campo, ríos, mares naturaleza.

Los juguetes los fabricarían los niños como ellos quisiesen, nunca los mayores.
El medio de transporte bicicleta, barcas, patines o esquís


De un pueblo a otro se viajaría en  tirolinas.

La comida seria natural como en MENOSQUIERO pero utilizando los medios de conservación y cultivo de QUIEROMAS que eran más productivos y alcanzaba para que comiesen mas personas.

Consiguieron casi un país perfecto.

Eligieron un territorio en el mapa  y fundaron  el país de ASIQUIERO.


Primero se asentaron  ellos con todos sus familiares de QUIEROMAS y MENOSQUIERO.

 Poco a poco las personas que se fueron informando de cómo se vivía en ASIQUIERO y les gustaba la idea de esa forma de vida se trasladaron a residir allí también con sus familias.

Fueron muy felices con el cambio, disfrutaron de muchas cosas que antes no habían conocido y no habían podido disfrutar.

Otros se quedaron dónde estaban viviendo en QUIEROMAS o en MENOSQUIERO y allí siguen todavía.

ASIQUIERO es uno de los mejores países para establecerse.






A Elena no sé si le ha gustado el cuento, pero  no ha dicho en ningún momento ME ABURRO.

Lo que si me ha dicho al terminar el cuento es:

           - Mama, creo que podemos hacer limpieza en mi habitación, no necesito tantas cosas ya. Lo podemos meter en cajas y lo llevas al mismo sitio que en Navidad ¿te parece?

Me parece que mi hija entiende perfectamente los cuentos.


                        FELICES SUEÑOS


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