BALLOONS



Cumpleaños de mi hija, fiesta en casa.

Como todos los años tenemos una lista inmensa de niños invitados, todos los de la clase del cole, media parcela, hijos de amigos y varios de las clases extra escolares.

¡Profesión, sin lugar a dudas, relaciones públicas!

Pero hay una personita muy especial que esta este año con nosotros, mi ahijada. Ha estado viviendo fuera pero ha vuelto y con tres añitos es una muñeca rubia con ojitos claros que mezcla el inglés con el castellano y tiene una media lengua! para comérsela ¡

Su madre, que a su vez es la madrina de mi hija, ha quedado  en venir para ayudarme a organizarlo todo, pero en el último momento le ha surgido algo y no puede.

Ella siempre tiene cosas que hacer, muchas cosas que hacer, todas las cosas que se puedan hacer…

En fin que ha decidido dejarme a la niña mientras soluciona no sé qué…

Adoro a las dos así que no me importa, estoy deseando abrazar a esa pepona preciosa y está llegando.

! Genial ¡ !Todo sin hacer¡ y yo con mis hijos, mis perros, los sándwiches, las chuches

Ah y los globos sin inflar.


Ahí tenemos el problema en los globos “BALLOONS”, Ayana (es el nombre de mi sobrina), lo dice en inglés.

Ella se vuelve loca cuando ve globos, creo que son su juguete preferido. Le da igual el tamaño, el color, grandes, pequeños, todos le gustan.

Así ha sido...                                                                                                                      

Nada más entrar por la puerta, ese torbellino rubio ha empezado a dar saltos y gritos de alegría detrás de cuatro globos que teníamos inflados.

-Balloons, Balloons… (Chillando)

Voy detrás de ella mientras sigue gritando.

-Tita, balloons, balloons…

He conseguido cogerla y dándole  un abrazo  muy fuerte.

Para calmarla y que nos deje trabajar, le cuento…  

Había una vez

Una casa donde vivía una niña, AYANA.

No le gustaban los juguetes, ni las muñecas, ni los coches, ni las pelotas,  ni los puzles… nada solo los globos.

Le llenaron su habitación de globos, “BALLOONS”, que así los 
llamaba ella y no quería salir de ella para nada, le gustaba 
quedarse jugando todo el tiempo.

A la hora de acostarse,  le  mandaban a dormir, daba a todos 
las buenas noches, se hacia la dormida y cuando todos 
estaban convencidos de que se había dormido, jugaba y 
jugaba con sus BALLOONS.

Pero una de  esas noches que AYANA estaba balloon para arriba, balloon para abajo… Al lado de su mesilla de noche había un duende mirándole  con cara de enfadado.

-Muy bien, muy bien señorita (le dijo el duende) ¿Cuándo piensa usted que voy a dormir yo?

Ayana le miro y le dijo:

-Hi ¡¿quieres jugar?   

-¿Tengo cara de querer jugar contigo?  Y ¿Por qué hablas así de raro?

-Yo no hablo raro, solo hablo.

El duende se dio cuenta de que la niña mezclaba las palabras en inglés y en castellano y le extraño porque para él o se habla español o se habla inglés pero ¿mezclado?

-Bueno a lo que vamos, (continuo el duende), yo vivo aquí también y no puedo dormir porque pasas  todo el día metida en esta habitación jugando con los globitos ¿No vas al colegio?

-No soy baby, pero voy a empezar pronto (contesto la niña).

-Vale pues entonces tenemos que hablar. Yo soy el Duende Pancho y vivo aquí. Los duendes dormimos de día y por la noche hacemos nuestras tareas. Como la señorita Ayana está todo el día jugando en su habitación, yo no puedo pegar ojo. A sí que tenemos que buscar una solución.

Ayana miro al duende y le dio pena, tenía aspecto de cansado.

El duende Pancho daba vueltas por el cuarto arroscándose la nariz (que es lo que hacen los duendes cuando piensan) y al cabo de un rato largo dijo.

-¡Lo tengo ¡ Vas a jugar con los globos y los colores.

-Balloons, Pancho, Balloons

-Eso como tú digas. Cada día jugaras con un color de balloons, yo te iré indicando. Te los dejare inflados y preparados para que juegues.

El día de los BALLOONS AZULES  será más calmado, sereno, lleno de optimismo y amigos.

 El día de los BALLOONS NARANJAS será un día acogedor, cálido tendrás energía y será intenso para hacer muchas cosas.

El día de los BALLOONS ROJOS, jugaras más, fuerza, calor, mucha vitalidad y yo descansare menos.

El día de los BALLOONS VIOLETAS, te toca reflexión estarás muy lúcida y tranquila y yo también.

 El día de los BALLOONS AMARILLOS volvemos a jugar fuerte, luz, sol, impulso, energía, es el color del oro.

El día de los BALLOONS BLANCOS me dejas otra vez tranquilo, paz, descanso, relajación.

El día de lo BALLOONS ROSAS, de esos habrá muchos te los prometo, cariño, amor, te protegeré, y jugarás muchísimo, vida joven para siempre.

_ ¿A mí esto me suena raro? ¿Me voy a divertir? (le pregunto Ayana al duende).

-Muy Funny, ya verás, voy a enseñarte a jugar. (Le dijo el duende).

Y así día tras día Ayana fue jugando con los globos cada día de un color distinto. Aprendió a jugar y a comportarse en el juego según los colores como le había dicho el duende.

 Azul, más calmada y con amigos.

Amarillo, más jaleo, más alboroto.

Blanco, juego relajado.

Violeta, juegos de tranquilidad…

A ella le gustaba mucho el rosa y tubo muchos días de globos rosas y disfrutó mucho de ellos.

 Ayana aprendió a jugar y  a relacionarse con el duende que fueron muy buenos amigos y hablaban todas las noches antes de que se durmiese.

Creó que todavía siguen hablando.

Aprendió también a vivir con los colores, que es algo muy bonito y en su vida siempre predomina el color ROSA.

 FELICES SUEÑOS.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado Luna, casi que la podía ver gritando balloons! Ballons!

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