Lápiz Amarillo



Cuando vuelvo a casa después de unos días de descanso en verano, no importa que las vacaciones hayan durado una semana o tres, es como si la realidad me diese de frente en la cara.

No es que viaje por ahí como el Vagabundo de Los Panchos "Que importa saber quién soy
ni de dónde vengo ni por donde voy..." pero si que dejo la rutina a un lado y cambio del todo los hábitos diarios.


A los niños les pasa más de lo mismo. 


Adaptarse a los horarios otra vez les cuesta un poco,  reanudar las normas que durante esos días nos las hemos saltado un poco a la torera, ni te cuento, y empieza lo bueno...
EL COLE.



El material escolar de libros y demás ya lo tenía listo, aunque siempre falta algo de última hora,  pero los uniformes se quedan siempre para el final.



Manuel y Alejandra se han levantado hoy sabiendo que toca probarse la ropa del colegio.




El lunes empiezan las clases y tiene que estar todo preparado.

Alejandra está contenta, le encanta estrenar, vuelve a ver a sus amigas, se aburre un poco de estar en casa haciendo lo mismo, y el tema escuela lo lleva mejor.

Manuel, es la otra cara de la moneda. En casa está feliz, según él, en el cole no tiene amigos, la ropa nueva le molesta, prefiere los libros del año pasado y el tema escuela mejor ni nombrarlo.

Así que aquí estoy desayunando con cara contenta y con don cara enfadada.

- Quiero que sepas que este año no tengo ninguna intención de ir al colegio (me dice Manuel con toda la responsabilidad de sus cinco años).Te lo digo para que cambies mi ropa por otra de niña que le sirva a mi hermana.

No voy a entrar en ningún debate.

                          HABÍA UNA VEZ

Un lápiz amarillo. Era una pintura que nadie quería usar porque su color se notaba muy poco.


Los niños preferían usar los otros colores, sobre todo el negro que era el que más se veía al pintar.

El azul, el rosa, el verde todos tenía algo que decir, el mar, las flores, las hojas de los árboles, la hierba...

Pero el amarillo nada de nada...

El sol y los pollitos se pintaban en  color naranja,  Lápiz Amarillo protestaba.

- ¡Perdona! El sol y los pollitos son amarillos

Nadie le escuchaba.

Lápiz Amarillo se levantó un día, cogió sus cosas las metió en su mochila y se fue del colegio.

Nadie le echo de menos.

Los otros lápices de colores siguieron pintando como si nada pasase.
A todo color los niños rellenaban los dibujos sin extrañar al color amarillo.




El rojo, el azul, el verde, el morado...
Todos pintaban sin parar como cohetes, letras coches, casas, muñecos, números...

Pero el cole acababa de empezar y el tiempo en la calle era muy bueno, hacía calor.


Los niños decidieron salir a pintar al patio.



Tirados en el suelo todos pintaban, cada uno lo que se le ocurría en ese momento.

Surgió un problema lo que dibujaban no les gustaba nada, pero nada de nada, era aburrido, no brillaba.

Con la luz del sol no se veía bien, no tenía destellos ¡le faltaba algo!

El Amarillo.

Ahora sí que le echaban de menos. ¿Dónde está Lápiz Amarillo? ¿Quién ha visto a Lápiz Amarillo?

Pero no estaba,  Lápiz Amarillo se había ido.

Los dibujos ya nunca más serian bonitos, faltaba la luz de Lápiz Amarillo.

Ahí estaban los lápices, los niños con sus pinturas sin resplandor y al otro lado de la ciudad más solo que la una  Lápiz Amarillo sin niños, sin pinturas harto de dar vueltas sin saber qué hacer, porque lo suyo es pintar.


Apunto estaba de tumbarse aburrido cuando vio a un niño a lo lejos que también estaba solo como él.

Se acercó y le dijo:

-Hola ¿cómo te llamas? ¿Que haces aquí? ¿Por qué no estás en el colegio?

- Me llamo Fer, no me gusta el cole por eso no voy y estoy aquí porque no sé dónde  ir todos los niños están ahora en la escuela. ¿Tú quien eres?¿Eres un lápiz?

_ Si soy Lápiz Amarillo. A mi si me gusta el cole pero yo no les gusto a ellos, no me utilizan para pintar y me molesta mucho, estoy todo el día tumbado encima de la mesa.

- Pues deberían de pintar con el color amarillo (dijo Fer) , es el color del sol, es el color de la luz sin ese color los dibujos están apagados.

¡Vaya Fer si que era un chico listo ! ¿Por qué  no quería estudiar? (pensó Lápiz Amarillo).


Según iban hablando muy entretenidos, no se dieron cuenta que al fondo de la calle venían un
montón de lápices de  colores gritando:

- ¡Lápiz Amarillo!,¡Lápiz Amarillo!,¡Te necesitamos!

Fer le dio un codazo a Lápiz y le dijo:

-Mira, te están llamando.



Lápiz Amarillo puso cara de enfadado, pero en el fondo estaba muy contento de ver a todos sus amigos lápices otra vez.

Las pinturas le contaron que tenía que volver a pintar con ellos, porque sin él los dibujos no eran lo mismo y el color amarillo era muy importante.

El color amarillo aporta la felicidad, es como estar de fiesta cada día, nos da alegría.

A Lápiz Amarillo le empezaban a dar un poco de vergüenza las cosas tan bonitas que le decían sus compañeros, así que para que dejasen de hablar decidió que volvía al cole con ellos.

Pero antes tenían que hacer algo, conseguir que Fer volviese también a la escuela.

Fer era un niño despierto, pero en el cole se aburría y no sabía por qué.


Lápiz Amarillo propuso una solución. Pintarían toda la calle de colores desde la casa de Fer hasta el colegio.

Pintarían su mochila, su papel de almuerzo, sus deportivas, su cazadora...

Todo estaría pintado de colores, de muchos colores...


El camino al colegio sería divertido con tantos dibujos diferentes en la calle, estar en clase también, porque todo serían pinturas.



Fer será nombrado JEFE DE LOS LÁPICES DE COLORES, pero podrá  faltar ningún día al cole.


Así fue:

Fer tiene todo coloreado, es el capitán de las pinturas del colegio ayudado cuando está estudiando por Lápiz Amarillo.

El camino del cole a su casa le encanta hacerlo todos los días porque está lleno de dibujos con muchos colores y busca el que más brilla el amarillo.

Mientras estoy con el cuento estamos pintando lo que pillamos, huevos, tomates...


-¿Estas cosas se hacen en el colegio? (me ha preguntado Manuel).

- Pues claro cariño  y muchas cosas más bonitas que estas. 

- A lo mejor voy el lunes al cole si me dejas llevar algo amarillo.

A lo mejor llevas algo amarillo, voy a intentarlo, pero que el lunes vas al colegio eso es seguro (estoy pensado para mí).




                       FELICES SUEÑOS






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